Comentario
Capítulo treinta
Del signo decimo[séptimo], llamado ce atl, y de su desastrada fortuna. Dezían que los que nacían en él, si en la media vida tenían alguna buena dicha, en la otra media havían de ser desdichados, y que por la mayor parte murían muerte desastrada. Dezían que este signo era de la diosa del agua, llamada Chalchiuhtliicue. Hazíanle gran fiesta los que tractavan por el agua con canoas
El decimoséptimo signo se llama ce atl. Dezían que este signo era indiferente; en este Signo dezían que reinava la diosa que se llama Chalchiuhtliicue. Y los que tienen trato en el agua hazían ofrendas y sacrificios a honra de esta diosa en el calpulco, delante de su imagen; y dezían, por ser este signo indiferente, que cual o cual de los que nacían en él tenía buena fortuna, y todos los más de los que en él nacían eran mal afortunados, y murían mala muerte. Y si algunos bienes de este mundo tenían, poco tiempo los gozavan; al mejor tiempo se les acabava la ventura. Y por esta causa se levantó el refrán que dizen, "que en el mundo un día bueno y otro malo, y que los que son prósperos en un tiempo acabarán en pobreza, y los que tienen pobreza en la vida ante de la muerte tendrían algún descanso".
Y los que nacían en este signo no los baptizavan luego; difiríanlos para el tercero día o para el seteno o para el deceno o para alguno de los que siguen, porque dezían que todos éstos, hasta el trezeno, tenían alguna bondad.
La segunda casa de este signo se llama ume itzcuintli; la tercera, ei oçumatli; la cuarta, naui malinalli; la quinta, macuilli ácatl; la sexta, chicuacen océlutl, la séptima, chicome cuauhtli; la octava, chicuei cozcacuauhtli; la nona, chicunaui olin; la décima, matlactli técpatl; la undécima, matlactlioce quiáuitl; la duodécima, matlactliomome xúchitl; la terciadécima, matlactliumei cipactli.